jueves, 15 de octubre de 2009

Escucho los balazos desde mi oficina, corro para esconderme pero al darme cuenta de la estupidez que hacía me paré dignamente y me hicé la fuerte, me dirigí a la puerta para encontrar al pistolero pero desde ahí no se podía ver nada.
Salí lo más lento posible para no ser sorprendida por mi atacante,cada paso que daba hacia que los balazos se escucharán cada vez más cerca.
Comencé a bajar las escaleras con mucha precaución, llegué al último escalón y encontré por fin el origen del escándalo, abrí lentamente la puerta de la oficina de mi esposo, entré con mucha precaución para no ser atacada, al entrar con el corazón en la mano, muriéndome de miedo, al imaginar el cuerpo del hombre que amo tirado, inmóvil, muerto a un lado de aquel hermoso sillón rojo que habíamos escogido juntos, el cual ahora se encontraría bañado con su sangre.
Fue muy grande mi sorpresa al darme cuenta que los balazos salían de la televisión de mi esposo quien muy emocionado me invitó a ver la película con él.

1 comentario: