sábado, 29 de agosto de 2009

Proceso para escribir.
Nunca me había puesto a pensar en lo que hago para escribir, hasta el momento en el que Lorena nos lo preguntó.
Sentada, acostada, parada; en mi cuarto, el de mis papás, la sala, cocina, carro, baño; en el suelo, cama, mesa, alfombra, muebles; con música, tele, platicas, compu; sin ruido, distracciones, ni gente; es necesario alimentar mis pensamientos con: sueños, problemas, sucesos, aventuras, travesuras, tristezas, dolores, sufrimientos, felicidades, placeres, inventos, historias, películas, videos.
Acostada en la alfombra con mi pijama de Betty Boop, cuaderno en mano, pluma roja y negra, tele prendida con un volumen muy bajo, soledad total, abanico que hace que mis ideas fluyan por todo el cuarto chocando contra las paredes rojas y el techo arena, las sabanas y colcha de mi cama vuela lentamente solo veo los pequeños conejos de playboy moverse poco a poco; la inspiración llega sin ser esperada, escribo sin parar hasta que así como llego se va, estresada empiezo a forzarme para poder terminar pero mi imaginación no da para más, leo mi texto completo por primera vez, lo vuelvo a leer dos veces más, mi decepción es muy grande, me repito varias veces como pude haber escrito esa tontería pudiendo hacer algo mejor con ese tema, esa idea era la mejor y la eché a perder sin piedad.
Cada texto que sale de mi de esa manera es destruido, muy pocos han quedado vivos pero guardados en algún rincón muy escondido de mi cuarto, nunca saldrán de donde están lo saben y si los vuelvo a leer se irán a la basura junto con los demás.

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